El blog del Jamón de Jabugo

Todo lo que necesitas saber sobre el mundo del Jamón Ibérico de Jabugo

Autor: Maximiliano Portes (Página 5 de 26)

Cuida tu salud con Jamón de Jabugo

En Maximiliano Jabugo somos amantes del buen Jamón, del ibérico el 100% Jabugo por supuesto de bellota, de ese producto de fabricación totalmente natural que nos proporciona tantos beneficios para la salud.

Beneficios para nuestros sentidos y, cómo no, beneficios para nuestra salud. En otras entradas hemos ido destacando determinados aspectos del jamón ibérico, desde la crianza del cerdo, pasando por las distintas fases, hasta las técnicas de corte para sacar el máximo partido de este producto.

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Hoy vamos a destacar los innumerables beneficios del jamón ibérico para nuestra salud, que durante tanto tiempo se han puesto en entredicho y que, finalmente, se han ido demostrando.

El Jamón de Jabugo ibérico de bellota es el mayor exponente de calidad en lo que a jamones se refiere. El animal, en época de crianza, se alimenta de piensos naturales, y en la época de la bellota su alimentación se basa en las bellotas y el pasto, pero sin ningún tipo de añadidos, hasta que el animal alcanza su peso óptimo. Esta apreciación es fundamental para entender los beneficios del jamón ibérico de bellota en la salud.

El cerdo ibérico que ha sido alimentado a base de bellotas dispone de una alta concentración de grasas insaturadas, que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y a prevenir enfermedades cardiovasculares. Rico en ácido oleico, un tipo de ácido graso monoinsaturado, que resulta muy beneficioso para los vasos sanguíneos. Además, estudios recientes han demostrado que el ácido oleico contribuye a mantener un peso saludable. Este ácido en cuestión contribuye a regular el metabolismo de los lípidos e incide en el equilibrio del peso corporal, algo muy a tener en cuenta sobre todo si somos conscientes de los hábitos de vida actuales.

Se estima que más del 55% de las grasas del jamón ibérico son monoinstaturadas, lo que lo convierte en un producto altamente recomendable para la salud. Sólo el aceite de oliva superaría estas proporciones de ácido oleico.
Pero, además, los beneficios que aporta el jamón ibérico a nuestra salud no quedan ahí. La carne de cerdo es fuente de proteínas, minerales y vitaminas.

jamonmaximilianoEl jamón ibérico es fuente natural de hierro (aportando un 45% de la ingesta que se recomienda en hombre y un 23% de la misma en mujeres), cinc o sodio. Cabe recordar que se tratan de minerales fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, que nos proporcionan energía y vitalidad.

Y si nos centramos en las vitaminas, el jamón ibérico de bellota y de cebo juega un papel fundamental en el aporte de vitaminas B1, B2, B3 y B6. La vitamina B1, por ejemplo, es esencial en el crecimiento y desarrollo, por lo que la ingesta de jamón ibérico durante el crecimiento y la pubertad, es más que aconsejable.

Podemos seguir resaltando los beneficios y grandezas de este producto que, a nosotros, ya nos tiene enamorados. Pero lo mejor es que comencéis por añadir este producto a vuestra dieta y a disfrutar de los numerosos beneficios para la salud y, cómo no, para el paladar.

El jamón también descubrió América

El jamón es un alimento que está presente en nuestra dieta. Para los españoles es habitual comer este alimento incluso a diario, bien en tostada, bien como tapa o entrante o como parte de un plato elaborado. Desde tiempos antiguos, las carnes curadas en salazón se han utilizado porque se elaboran de manera fácil y se conservan durante mucho más tiempo que las carnes crudas.

jamon descubrimiento de americaPor este motivo no es de extrañar que fuese uno de los alimentos preferidos por quienes tienen que hacer largas travesías, sobre todo, por los marineros. Las travesías a través del mar o los océanos duraban meses y durante todo ese tiempo, los navegantes tenían que aguantar con la comida que llevaban en la bodega. Las frutas y las verduras se pasaban rápidamente y las carnes y pescados salados y en conserva eran la mejor opción. El jamón no faltaba en las bodegas de los barcos españoles.

Lo que no conoce mucha gente es que además de Cristobal Colón, Rodrigo de Triana y los marineros que iban en la Pinta, la Niña y la Santa María, el jamón serrano también fue uno de los descubridores de América. Se cuenta que Cristóbal Colón llevaba numerosas piezas de este alimento en las carabelas que llegaron hasta el Nuevo Continente. Y no nos extraña, porque Cristobal Colón, marinero europeo, había vivido en países como España e Italia, productores de este manjar.

Pero Colón no sólo llevo jamón en el viaje, hizo algo más: al igual que nos trajo la patata a España a la vuelta de las Américas, en su segundo viaje se llevó unos grumetes muy especiales en su tripulación: ocho cerdos lo acompañaron en el viaje y llegaron hasta las costas de América sanos y salvos. Allí procrearon y fueron, a su manera, pequeños colonos de las nuevas tierras. Algunos de los marineros que llegaron y se quedaron allí comenzaron a preparar el jamón a la manera española, aunque con el paso de los años y debido al clima, cambió el modelo. Por eso en América el jamón serrano, al estilo español es tan cotizado.

Hoy en día se considera un manjar en países como Estados Unidos, que aunque lo consumen, no lo hacen en la manera en la que estamos acostumbrados a tomarlo en España. Allí es mucho más habitual consumir la carne de cerdo en otras presentaciones, como el popular bacon o el jamón cocido, que son ingredientes habituales en numerosos platos de su gastronomía. Pero encontrar jamón serrano como el que se come aquí en España es complicado: las exportaciones encarecen el precio y son pocos los mercados que lo ofrecen. Las tiendas en países extranjeros en las que suele venderse el jamón serrano son tiendas gourmet especializadas. El jamón italiano, más parecido a lo que aquí conocemos como jamón curado, suele ser el sustituto de este alimento aunque obviamente, no tiene nada que ver en cuanto a sus peculiaridades sensitivas.

 

¿Cómo surgió la ‘tapa’?

Las tapas son pequeñas raciones de comida que suelen servirse acompañando a bebidas. En algunas zonas tienen un precio reducido menor que el de las raciones de comida, pero en otros sitios incluso se sirven gratuitamente acompañando la bebida que toma el cliente.

Es uno de los platos típicos de la gastronomía española aunque no se conoce muy bien su origen. Las primeras referencias se remontan varios siglos atrás, pues cuentan que ya en los tiempos de Alfonso X el Sabio, el monarca ordenó que se sirviese el vino acompañado con algo de comida para evitar que el alcohol hiciese efecto rápidamente. Desde entonces, las tabernas de Castilla comenzaron a servir las copas acompañadas de algún alimento. A veces era una loncha de pan y a veces una loncha de jamón o embutido, dependiendo del nivel de la taberna. De hecho ya hay referencias en escritos antiguos que hablan de estas pequeñas raciones que acompañan a la comida, aunque no con el nombre que tiene ahora.

El origen del nombre llega mucho tiempo después, durante el reinado de Alfonso XIII. De hecho, fue el rey el que vivió la anécdota que dio nombre a las tapas. Se cuenta que durante una visita a una bodega de Cádiz se levantó una ventisca y un camarero, para evitar que se llenase de arena el jerez que tomaba el rey, puso una loncha de jamón sobre la copa. Excusándose, el tabernero indicó que había puesto una “tapa” sobre la copa para que no se estropease el vino. Alfonso XIII, sorprendido y complacido, pidió una nueva copa de Jerez con tapa y muchos de los presentes siguieron su ejemplo. La “tapa” había sido bautizada oficiamente.

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Desde entonces las tapas han evolucionado y dependiendo de la geografía española pueden encontrarse varios tipos. Las hay más elaboradas, como pequeñas raciones de platos como paella, patatas aliñadas o con salsa brava e incluso guisos. Aunque también se mantienen las tapas frías y sencillas con queso o embutidos como jamón, caña de lomo, chorizo y otro tipo de cecinas que acompañan a las bebidas de los clientes.

A día de hoy las tapas se han convertido incluso en el sustituto de las comidas. Son el plato perfecto para una comida con amigos o familiares donde no los comensales no quieren hacer una comida copiosa pero tampoco desean volver a casa sin haber comido nada. Son ideales para un almuerzo frugal a media mañana o una cena ligera después del trabajo para no llegar a casa con el estómago vacío.

Además, la variedad de platos y guisos que podemos encontrar las hace perfectas para conocer la gastronomía típica de otras ciudades o regiones sin la necesidad de degustar un menú completo. Pese a esta variedad a lo largo de la geografía española, las tapas tienen algo en común: no son dulces. Sin embargo, con la evolución que estamos viviendo en la gastronomía en los últimos tiempos y el ritmo de vida, no nos extrañaría ver en un futuro pequeñas tapas dulces a modo de “postre” de las saladas.

Origen etimológico de la palabra ‘jamón’

Uno de los alimentos más importantes de la gastronomía de España, pues se ha convertido en su embajador en todo el mundo gracias a su sabor y peculiaridades, es el jamón. Se trata de un producto que se obtiene mediante métodos de curación tradicionales, a partir de la carne del cerdo, y que trae consigo importantes beneficios para la salud, ya que reduce el nivel de colesterol y mejora la salud cardiovascular.

jamonEstas son algunas de las señas de identidad de dicho alimento del que también puede resultar curioso conocer el origen de su término. ¿No sabes cuál es? No te preocupes, aquí te mostramos algunas pinceladas importantes al respecto:

• Lo primero que hay que tener claro es que el origen etimológico de esa palabra se encuentra en el griego, y más concretamente en el vocablo kampé’, que venía a significar “corvejón de una pata de animal”.

• Así, partiendo de esa premisa, evolucionó en el francés, donde apareció el término ‘jambe‘. Este, que surgió en torno al siglo XIII, se utilizaba en aquel momento como sinónimo de “pata” o de “pierna”. Y de aquel nació la palabra castellana jamón.

• En nuestro país, concretamente, dicho vocablo no llegaría a establecerse, utilizarse y consolidarse como tal hasta mediados del siglo XVI, aunque dos siglos atrás ya se han encontrado algunos documentos que lo empleaban.

• Sin embargo, como decimos, sería ya entrado el siglo XVI cuando empieza a usarse esta palabra ‘jamón’ como hoy la conocemos. Y es que anteriormente para nombrar a ese exquisito alimento se recurría al uso del vocablo pernil, que emanaba etimológicamente del latín perna, que era sinónimo de “parte comestible del muslo de un animal”.

• Con respecto al punto anterior hay que subrayar que en muchos rincones de Cataluña aún hoy se sigue utilizando la palabra pernil para referirse a ese manjar.

• Sin embargo, en la actualidad la palabra jamón es la que se emplea en nuestro país debido a que la influencia de la gastronomía francesa ejerció un peso notable en la de España. De ahí que su palabra ‘jambe’ consiguiera consolidarse y afianzarse aquí para evolucionar hasta nuestro vocablo jamón.

• Es curioso resaltar que además ese término galo también se empleó en el mundo del arte con tal contundencia que dio lugar a la existencia de lo que se conoce como jamba, que es aquella parte lateral que tiene una puerta o una ventana.

A grandes rasgos estas podemos decir que son algunas de las peculiaridades del origen del término que ahora nos ocupa. Un vocablo que es fruto de la riqueza lingüística del mundo y que hoy se usa de manera muy común en el castellano.

No obstante, además de lo ya expuesto, es curioso que determinemos que tanto en Portugal como en Italia la palabra que se emplea para denominar a ese alimento no tiene nada en común con la nuestra. En ambos países el jamón se da en llamar ‘prosciutto‘ y ‘presunto‘, respectivamente, que emanan del verbo latino prosciugare, que puede traducirse como “secar bien”.

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